miércoles, 24 de junio de 2015

Dialectos

24 de junio de 2015

idioma. (Del lat. idiōma, y este del gr. ἰδίωμα, propiedad privada).
1. m. Lengua de un pueblo o nación, o común a varios.
2. m. Modo particular de hablar de algunos o en algunas ocasiones. En idioma de la corte. En idioma de palacio.
lenguaje.
(Del prov. lenguatge).
1. m. Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente.
2. m. lengua (sistema de comunicación verbal).
3. m. Manera de expresarse. Lenguaje culto, grosero, sencillo, técnico, forense, vulgar.
4. m. Estilo y modo de hablar y escribir de cada persona en particular.
5. m. Uso del habla o facultad de hablar.
6. m. Conjunto de señales que dan a entender algo. El lenguaje de los ojos, el de las flores.
7. m. Inform. Conjunto de signos y reglas que permite la comunicación con un ordenador.
(DRAE) 

La amiga de una amiga, es una conocida, ella me avisa que falleció un familiar de esta amiga, en realidad, no tan amiga. Qué curioso que no haya más palabras para clasificar a los amigos, hay conocidos o amigos.
Pero como todos sabemos, dentro de la palabra amigos hay varios niveles. Como ocho escalones creo yo, —sí, como el programa de televisión— si el 1 es el amigo más cercano el 8 es el más lejano. 
De ahí que esta amiga, no tan amiga, estaría en el 8.

La verdad es que me molesta. Me reclama esta conocida que esté cerca, que la acompañe que esté para esta chica del octavo escalón. No lo haré. En los últimos cuatro años la habré visto una sola vez cada año. Además, hay otras cuestiones. Aquí van.

Ayer, en terapia comparé a esta persona con mi papá. No hablamos el mismo idioma, eso dije. ¿Qué me pasará? Al llegar a la adultez, es lógico que se produzcan cambios.
¿Por qué me preocupa no hablar el mismo idioma? Sé que el ser humano es gregario, que necesita de otro y que ese vinculo se puede dar si tenemos un código en común que nos permita relacionarnos, comunicarnos, saber qué piensa el otro. Un puente que una nuestras vidas, acercamientos o por lo menos la intención de acercarse para ver al otro, para escuchar y para generar esa magia en el aire cuando dos seres se conectan.

Sin embargo, sucede que cuando se me presenta algo diferente, o alguien con quien antes tenía mucho en común (o eso imaginaba), y ahora habla un idioma que me resulta extraño: no entiendo sus gestos, sus chistes, la entonación de sus palabras me resulta graciosa… y me dan muchas ganas de alejarme.  No sé si es porque no le entiendo las señales que me envía o porque no las quiero entender o no quiero aprender ese idioma ¿yo cambié o ella cambió? Puede ser, es probable que algo se haya diluido.


Con todo, no significa que no pueda construir nuevos puentes, señales, gestos para comunicarme con quienes sí tengo deseos de hacerlo. Con mi papá, por ejemplo, puedo adaptarme, aprender ese dialecto que surgió de un idioma que compartíamos, ahora solo se unen por palabras, pero ha crecido, mutado y transformado en algo nuevo. Si alguien nos ve desde una ventana diría que hablamos iguales, pero yo sé que ya no es así.